Estamos construyendo software con propósito.
Como equipo de desarrollo, creemos en la excelencia técnica, el trabajo colaborativo y el impacto real. Este manifiesto guía nuestras decisiones diarias, nuestro enfoque de trabajo y nuestra cultura.

Valoramos el software que resuelve problemas reales y actuales.
Preferimos entregar una funcionalidad útil y completa que múltiples funciones mediocres o innecesarias.
No construimos para un futuro hipotético; resolvemos los problemas que existen hoy.

Valoramos la estética, pero no sacrificamos la funcionalidad por apariencia.
Un feature útil y feo siempre es mejor que uno bonito e inútil.
Sabemos que siempre podemos mejorar después: primero funciona, luego se pule.

Nos reflejamos en nuestro trabajo, y por eso exigimos calidad en todo lo que entregamos.
Si no podemos hacerlo bien dentro del tiempo acordado, entonces no lo hacemos.
La calidad no es una opción, es nuestra base.

Iteramos constantemente, mejorando paso a paso.
Sabemos que los pequeños avances generan grandes resultados.
No aspiramos a ser perfectos, aspiramos a ser mejores que ayer.

Respetamos nuestros compromisos porque otros dependen de nosotros.
Cuando hay riesgo en los plazos, recortamos alcance, no calidad.
Preferimos entregar una cosa bien hecha, que varias a medias.
Estimamos en corto, con bloques pequeños y realistas, porque lo incierto no se predice, se adapta.

Las preguntas son oportunidades de entender mejor.
Valoramos a quienes cuestionan y a quienes responden por igual.
Cada persona del equipo es responsable de entender claramente qué y por qué debe hacer algo.

Nos respetamos como iguales.
Sabemos que llegamos más lejos juntos.
La comunicación clara, el compromiso firme y el respeto mutuo son nuestra base.
Ganamos o fallamos juntos: no hay logros individuales sin equipo.

Promovemos la mejora constante en herramientas, procesos e ideas.
Tomamos la responsabilidad de mejorar lo que no funciona.
No nos quejamos sin proponer: actuamos con el ejemplo.